Texto y fotos por Daniel Zaíd @perdidoenbici
El 1 de julio marca la fecha de inicio del evento ciclista más esperado del año. Decenas de ciclistas de distintos orígenes se reúnen para dedicar las siguientes semanas de su vida a pedalear cada día una ruta diferente, con sólo un día de descanso a la semana, y aquellas personas que logren terminarla habrán agregado más de 4 mil kilómetros a su currículum. No estoy hablando del Tour de Francia, sino de la Ruta Chichimeca.
La Ruta Chichimeca (RuChi pa lxs compas) es una rodada grupal que atraviesa México y que tradicionalmente comienza en Tijuana, la ciudad en la esquina más al norte del país, y termina en la frontera sur de México, generalmente desplazándose por la longitud de la península de Baja California para luego adentrarse en la zona centro del país y continuar hasta algún puerto fronterizo con Belice o Guatemala, con variaciones a la ruta según la edición. La Ruta Chichimeca es una rodada grupal abierta a todo tipo de bicis y ciclistas y no-ciclistas, sin suscripción requerida, semi-organizada por un grupo de voluntarixs pero altamente autosuficiente: existe un itinerario detallado con los lugares a los que se llegará y la distancia diaria, pero cada participante es responsable de sus gastos y es libre de entrar o salir de la Ruta cuando así lo desee, abriendo la posibilidad de hacer un segmento si no hay disponibilidad de hacerla completa. El equipo organizador gestiona lugares sugeridos para quedarse, aunque es bueno estar listx para un poco de improvisación, especialmente los años en que la Ruta se sale de su curso original.
Nacida en 2003, la RuChi surgió como un proyecto para conocer la diversidad natural y cultural de México y promover el uso de la bicicleta como un medio de transporte sustentable, más amigable con el planeta y con las personas, y bajo la idea de que todos los caminos del país sean, y son una ciclovía. Su nombre viene por el término que a veces se usaba para designar a las comunidades indígenas que habitaban al norte de la región de Mesoamérica, asociadas a la práctica del nomadismo y a ser feroces combatientes.
Ahora, veamos un poco de cifras:
El año 2022 marca la 19º edición de la Ruta Chichimeca. Esto significa que desde 2003 en adelante ha habido un grupo de gente cruzando el país en bicicleta; para darme una perspectiva temporal, cuando la RuChi comenzó yo tenía 15 años y la bici era sólo un bonito recuerdo de la infancia cuyo uso decayó al mudarme a una ciudad grande donde además me robaron la bici del patio.
Hacer la ruta completa requiere de más de dos meses, con este año siendo 72 días en total de los cuales 58 son de pedaleo y 13 son de descanso, espaciados cada 5 o 7 días. La distancia total es de 4700 km aproximadamente, y se hacen entre 80 y 100 km diarios, y no es raro hacer distancias por encima de los 100 km. Lxs Chichimecas comienzan atravesando el norte del país donde las temperaturas se encuentran por encima de los 35 grados centígrados, incluso llegando a 45 este año que pasan por el estado de Sonora; una vez que el desierto queda atrás, se sumergen en una región que se encuentra en plena época de lluvias, donde las temperaturas ceden el trono a la humedad. Si algo queda claro, es que lxs Chichimecas van a sudar y es elemental la ingesta constante no sólo de varios litros de agua, sino de suplementos minerales.
La edición 2022 incluyó por primera vez en su itinerario al estado de Sonora al que Karla y yo llamamos hogar, y decidimos unirnos a la Ruta desde su inicio en Tijuana y acompañarla por nuestro estado. Esta es una colección de los retratos que llevamos hasta ahora mientras organizamos una historia detallada de lo que ha sido la primera semana rodando con la RuChi, en la que lxs Chichimecas se adentran en una de las regiones más áridas del mundo en pleno verano.
Nota: al ver la galería me doy cuenta de que a pesar del gran número de mujeres participantes, le tomé foto a casi puros hombres. Me comprometo a arreglar eso en la parte II de Retratos Chichimecas.
*Puedes dar click en las flechas en las fotos para pasar a la siguiente.*
Ahora toca esperar la segunda parte del relato, más fotos de los participantes y parajes.
Las fotos del desierto quedaron wenas, aunque fue difícil documentar mientras trataba de sobrevivir. La próxima publicación salen.
Tremenda chamba, muchas felicidades Dany Sempai y Karlis.
Yo me debo esa Ruta para mí currículum.
Venga!!!!
Gracias por la visita Ángel San, esperamos toparnos en el camino por acá o por allá o por acullá. ¡Abrazos!
No conocía esta ruta, se me hace fascinante todas las historias que nos contarán de su experiencia .
Gracias por compartir.
Justo andamos trabajando en eso para el domingo que viene, fueron días bastante interesantes que todavía andamos procesando. ¡Gracias por tu visita!